Esta tarta es sin dudarlo la mejor tarta de queso que he probado y os puedo asegurar que ya son muchas las que llevo hechas, es perfecta para acompañar el té por la tarde o incluso como postre.
Es muy jugosa y sabrosa, yo he utilizado queso ricotta pero seguro que sale bien con un queso
cremoso; con la ralladura de limón hay que ser generosos, he utilizado dos limones y la vainilla que
he puesto es liquida, con unas gotitas basta, las laminas de almendra que la decoran puedes ponerlas
cuando metas el molde en el horno o una vez fuera y encima del azúcar glas, yo prefiero esto último
porque no me gusta el sabor tostado que cogen.
INGREDIENTES:
120 gr de mantequilla ( blanda, que esté fuera de la nevera )
275 gr de azúcar glas
Aroma de vainilla ( unas gotas )
Ralladura de limón ( dos limones )
4 huevos (que no estén fríos )
240 gr de almendra molida
300 gr de queso ricotta
Almendra en láminas y azúcar glas para decorar.
PREPARACIÓN:
Precalentar el horno a 175º, cubrir un molde redondo de 20 cm con papel de horno y engrasar,
el molde es preferible que sea desmoldable.
Batir la mantequilla con 175 gr de azúcar glas, la ralladura de limón y las gotas de aroma de
vainilla, mejor con una batidora electrica y durante unos 6 o 7 min.
Añadir las yemas de huevo de una en una y batir hasta que se mezclen bien todos los ingredientes,
y luego la almendra molida, cuando lo tengas bien mezclado incorpora el queso, pero ahora
mezcla con una espátula con movimientos envolventes.
En otro bol monta las claras a punto de nieve, cuando empiezan a estar blancas y compactas
incorpora el resto del azúcar glas y sigue hasta que queden perfectamente montadas.
Añade las claras al resto de masa con la espátula y movimientos envolventes, como hemos
hecho con el queso.
Vierte en el molde engrasado y alisa la superficie con un cuchillo. Mete al horno 45 min.
Dejar enfriar y decora con azúcar glas y láminas de almendra.
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